Procesadores de datos, algoritmos, cámaras… Hasta 350 sensores lleva el Mercedes EQS para poder tomar decisiones sin contar contigo
El Mercedes EQS es uno de esos vehículos 100% eléctricos que se parece más a una nave espacial que a un modelo para conductores pudientes dispuestos a pagar, como mínimo, 145.000 euros. A bordo lleva 350 sensores que, gracias a una serie de algoritmos, toma decisiones por sí solo en fracciones de segundo.
La inteligencia artificial (IA) del Mercedes-Benz EQS es uno de los atractivos de esta gran berlina de lujo. Una serie de sensores, cámaras y algoritmos de aprendizaje automático procesan y analizan los datos del entorno del coche para, en función de ello, decidir automáticamente qué hacer.
El esquema de funcionamiento de la IA de este Mercedes se basa en una serie de sensores que incluyen cámaras, radares, detectores de ultrasonido y temperatura, entre otros. Todos ellos recopilan datos sobre el entorno del vehículo, como la posición de otros coches, la velocidad, la distancia, las condiciones climáticas y el estado de la carretera.
La IA del Mercedes EQS te recordará que tienes que llamar a un amigo o elevará automáticamente el tren de rodaje cada vez que entres en tu garaje
Toda esta información es procesada mediante algoritmos de aprendizaje automático y redes neuronales que generan modelos y realizan predicciones sobre lo que podría suceder. En función de ello, la IA determina qué sistemas del coche debe activar. Por ejemplo, si detecta que hay un obstáculo en la carretera, puede ajustar su velocidad y dirección para evitar una colisión o incluso detener el vehículo.
Cuanto más interactúa el Mercedes EQS con el entorno, más datos recopila, mejores son los algoritmos y más aprende el coche.
Medio siglo de investigación
La historia de la inteligencia artificial en el automóvil no es nueva. En los años 70, se empezaron a utilizar los primeros sistemas de control de crucero. Ajustaban automáticamente la aceleración y eran capaces de mantener una velocidad constante. Chrysler, que formó parte del imperio Daimler desde 1998 hasta 2007, fue la primera que lo introdujo. A medida que la tecnología ha ido avanzando, se han ido incluyendo otras funciones como el control de distancia y el frenado automático de emergencia, introducido por primera vez en 2006 como equipamiento de serie de algunos Volvo.
En el Mercedes EQS de hoy la inteligencia artificial tiene una enorme responsabilidad en la seguridad. Bajo la denominación Drive Pilot han desarrollado un sistema de asistencia a la conducción que permite al conductor, siempre que la legislación y el tráfico lo admitan, desentenderse de la circulación y dedicarse a otras actividades, como contactar con sus compañeros de trabajo mediante In-Car Office, navegar por Internet o disfrutar del masaje del asiento.
Cuando el coche se acerca al fin del tramo de autopista autorizado para este tipo de conducción semiautónoma, el sistema alerta al conductor de que debe asumir de nuevo el mando. Si no lo hace, el vehículo se detendrá, conectará la luz intermitente de advertencia y activará el sistema de llamada de emergencia. A su vez, desbloqueará las puertas y ventanillas para facilitar el acceso al interior del vehículo a las personas que acudan a prestar primeros auxilios.
Como una madre
Para los que añoran los cuidados y desvelos de un padre o una madre, la inteligencia artificial también tiene una propuesta. Si, por ejemplo, sueles llamar siempre a un amigo determinado todos los martes por la tarde , el Mercedes EQS te recordará que debes hacerlo mostrándote su fotografía y sus datos de contacto. O si eres de los que te gusta en invierno recibir un masaje basado en el principio de piedras calientes, el sistema te propondrá automáticamente activar esta función cada vez que conduzcas a bajas temperaturas. Y si cada vez que vas a entrar en tu garaje elevas la altura del tren de rodaje para aumentar la altura libre sobre el suelo, volverá a hacerlo cada vez que llegues a casa.
Con potencia de 245 y 385 caballos y una de las mejores aerodinámicas del mercado (Cx=0,20), este coche es capaz de realizar 770 km sin recargar las baterías. Y en solo 15 minutos puede obtener la energía suficiente para recorrer 300 km, algo vital en un país como España donde la infraestructura de recarga es aún muy pobre.