El grupo sanguíneo podría predecir el riesgo de sufrir un ictus antes de los 60 años, según un nuevo estudio
El grupo sanguíneo de una persona puede estar relacionado con su riesgo de sufrir un ictus temprano, según un nuevo metaanálisis dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (UMSOM). Los resultados se han publicado hoy en la revista Neurology. El meta-análisis incluyó todos los datos disponibles de estudios genéticos centrados en los accidentes cerebrovasculares isquémicos, causados por una obstrucción del flujo sanguíneo al cerebro, que se producen en adultos menores de 60 años.
Los accidentes cerebrovasculares como los infartos y los ictus son más comunes a medida que las personas envejecen, sin embargo está aumentando el número de personas que los sufren a edades más tempranas. Estas personas tienen más probabilidades de morir a causa de este suceso, y los supervivientes se enfrentan potencialmente a décadas de discapacidad. A pesar de esto, hay poca investigación sobre las causas de los accidentes cerebrovasculares tempranos».
Los investigadores llevaron a cabo el estudio realizando un metaanálisis de 48 estudios sobre genética e ictus isquémico que incluían a 17.000 pacientes con ictus y casi 600.000 controles sanos que nunca habían sufrido un ictus. A continuación, examinaron todos los cromosomas recogidos para identificar las variantes genéticas asociadas a un ictus y hallaron una relación entre el ictus de aparición temprana -que se produce antes de los 60 años- y la zona del cromosoma que incluye el gen que determina si un grupo sanguíneo es A, AB, B u O.
Las personas sangre tipo A tenían un 16% más de probabilidades de tener un ictus temprano
El estudio descubrió que las personas sangre tipo A tenían más probabilidades de tener un ictus temprano, mientras que quienes tenían sangre de tipo O (el más común) tenían un riesgo menor. Tanto las personas que sufrieron un ictus temprano como las que sufrieron un ictus tardío también tenían más probabilidades de tener el tipo sanguíneo B en comparación con los controles. Tras ajustar el sexo y otros factores, los investigadores descubrieron que los que tenían el tipo de sangre A tenían un 16% más de riesgo de sufrir un ictus temprano que las personas con otros tipos de sangre. Por el contrario los que tenían el tipo de sangre O tenían un 12% menos de riesgo.
¿Quiere esto decir que las personas con estos grupos sanguíneos deberían tomar medidas? Los investigadores subrayan que el aumento del riesgo era muy modesto y que las personas con sangre del tipo A no deberían preocuparse por sufrir un ictus de aparición temprana ni someterse a pruebas médicas o de detección adicionales basándose en este hallazgo.
Todavía no se conoce por qué el tipo de sangre A confiere un mayor riesgo, pero es probable que tenga algo que ver con los factores de coagulación de la sangre, como las plaquetas y las células que recubren los vasos sanguíneos, así como con otras proteínas circulantes, todas las cuales desempeñan un papel en el desarrollo de coágulos sanguíneos, según explican los científicos.