Las ranas flecha venenosas dan golpecitos con sus patas cuando se comen sus presas, pero ¿por qué?
El repiqueteo de los dedos de los pies de varios anfibios lleva mucho tiempo atrayendo la atención de investigadores y propietarios de mascotas. A pesar de estar ampliamente documentado, no se conoce bien el papel funcional subyacente. En un nuevo trabajo, los investigadores demuestran que las ranas venenosas tintóreas modulan sus golpecitos en función de estímulos específicos.
Se ha demostrado que las ranas flecha tintadas, Dendrobates tinctorius, dan golpecitos con sus patas posteriores en respuesta a presas de distintos tamaños, desde pequeñas moscas de la fruta hasta grandes grillos. En el presente estudio, los investigadores plantearon la hipótesis de que, si el repiqueteo tenía una función en la alimentación, las ranas ajustarían su comportamiento en respuesta a diferentes señales ambientales.
Para probar su hipótesis, los investigadores grabaron a las ranas en distintas condiciones. «Utilicé la cámara lenta de mi iPhone para grabar vídeos de un minuto de duración de los golpecitos de las ranas. Después, volví a cada vídeo y conté el número de golpecitos en cada pata y cuánto tiempo eran visibles, ya que a menudo estaban ocultos detrás de una hoja o de la propia rana. Utilicé esas dos cifras para obtener los «golpecitos por minuto» de cada pata y los sumé», explica Thomas Parrish, antiguo estudiante del laboratorio de Fischer (GNDP) y primer autor del artículo.
Los investigadores comprobaron primero si las ranas golpeaban más los dedos de los pies cuando se alimentaban. Para ello, los investigadores alimentaron los terrarios con media cucharadita de moscas de la fruta y registraron su caza.
«Ya sabíamos la respuesta, pero fue estupendo ver que el repiqueteo aumentaba en presencia de la presa», explica Eva Fischer, profesora adjunta de Biología Integrativa. «Queríamos preguntarnos ‘¿por qué?’ y nos preguntamos si tenía alguna función en la captura de presas o era sólo una respuesta excitatoria como cuando los perros mueven la cola porque están excitados».
A continuación, los investigadores utilizaron diferentes superficies para ver si el comportamiento de golpeteo cambiaba cuando las ranas podían ver la presa pero no alimentarse de ella. Colocaron las moscas de la fruta en pequeñas placas de Petri transparentes en el hogar de las ranas y midieron el ritmo de golpeteo de los dedos. Comprobaron que las ranas daban una media de 50 golpecitos/minuto cuando no podían acceder a las moscas, frente a 166 golpecitos/minuto cuando se alimentaban de moscas que se movían libremente.
El golpeteo de las patas no era solo por excitación
«La idea era que si están excitadas, podríamos ver algo diferente en función de si pueden atrapar las moscas», dijo Fisher. «Estos resultados sugerían que, puesto que seguían intentando comer en ambos casos, el golpeteo no era sólo por excitación».
Los investigadores se preguntaron entonces si los golpecitos en los dedos eran una forma de señalización vibratoria que las ranas utilizaban para asustar o distraer a sus presas antes de alimentarse. Para ello utilizaron cuatro superficies distintas: tierra, hojas, gel y vidrio.
«La tierra y las hojas son sustancias naturales, pero la tierra no es muy sensible, mientras que las hojas sí lo son. Por otro lado, los geles son sensibles y el vidrio no, pero ambos son superficies no naturales para las ranas», dijo Fischer.
Comprobaron que, aunque la velocidad de golpeteo variaba según la superficie, siendo la de las hojas la más alta, con 255 golpes/minuto, y la del vidrio la más baja, con 64 golpes/minuto, no había diferencias en el número total de intentos de alimentación ni en el éxito.
«Aunque vimos que las ranas comían en todos los contextos, fue emocionante ver que cambiaban su comportamiento en función de la superficie sobre la que se posaban», dijo Fischer. «Nos sorprendió, sin embargo, que no viéramos diferencias en el éxito que tenían al comer. Es posible que el experimento sea como enviarlas a un bufé en lugar de lo que ocurre en el bosque, donde el golpeteo puede ayudar a agitar a la presa».
Los investigadores esperan ahora comprender qué otros estímulos podrían desencadenar este comportamiento. «Aunque hemos demostrado de forma concluyente que es importante en la alimentación, también podría serlo en otros contextos. Por ejemplo, hemos visto que las ranas dan más golpecitos cuando hay otras ranas cerca, por lo que podría tener un aspecto social», explica Fischer.
También les interesa estudiar los aspectos biomecánicos subyacentes de los músculos. «Sería interesante estudiar la anatomía y ver cómo funcionan los músculos», explica Fischer. «En última instancia, podríamos preguntarnos si todas las ranas pueden dar golpecitos con los dedos de los pies si tienen los músculos adecuados o si hay algo especial en la anatomía de las ranas venenosas».