El Toxoplasma gondii es uno de los parásitos más comunes en todo el mundo e influye en el comportamiento de los individuos infectados. En las manadas de lobos, parece determinar la jerarquía.
A pesar de que el «macho alfa» es un mito, los científicos han encontrado una posible causa que explica por qué algunos lobos se convierten en los líderes de la manada. Los lobos grises infectados con toxoplasmosis se convierten en los líderes de manada con mucha más frecuencia que los lobos no infectados. Estos son los resultados de un estudio publicado en Communications Biology. El neuroparásito probablemente hace que los animales sean más agresivos, lo que podría ser una ventaja en la lucha por el liderazgo. Los lobos infectados con el protozoo Toxoplasma gondii tienen 46 veces más probabilidades de convertirse en líderes de manada.
En muchas especies animales, se sabe que la infección por toxoplasma altera fuertemente su comportamiento. Se ha demostrado que altera el comportamiento de los ratones infectados, de forma que aumentan las posibilidades de que sean presa de los gatos. El apoyo a esta «hipótesis de manipulación» proviene de los estudios que muestran que las ratas infectadas por T. gondii tienen una menor aversión a la orina de los gatos.
Lo que sigue siendo controvertido es si el neuroparásito también provoca cambios de comportamiento en los seres humanos. Los estudios informan, entre otras cosas, de un comportamiento más temerario en las personas infectadas en el tráfico rodado, un mayor afán de emprendimiento así como una proximidad a la irascibilidad patológica. Sin embargo, todos estos estudios sólo muestran correlaciones, no una relación causal.
Para el estudio actual, el equipo dirigido por los biólogos Connor Meyer y Kira Cassidy había analizado datos sobre el comportamiento y la distribución de los lobos grises (Canis lupus) recogidos entre 1995 y 2020 en el Parque Nacional de Yellowstone, en el estado estadounidense de Wyoming. Además, tomaron muestras de sangre de 229 animales anestesiados, que analizaron en busca de anticuerpos contra el Toxoplasma gondii.
Los biólogos observaron que los lobos infectados se comportaban de forma más arriesgada. Esto se manifestó, por ejemplo, en una mayor probabilidad de abandonar la manada antes, tanto en machos como en hembras. Este comportamiento tiene sentido con respecto a la propagación del patógeno: de este modo, es más probable que el agente patógeno llegue a zonas donde no había circulado previamente. Tiene un efecto similar cuando los animales infectados se convierten en líderes de la manada.