Se ha descubierto en el sur de Francia un nuevo yacimiento fósil de importancia mundial por la cantidad y excelente conservación de los ejemplares de animales
Dos paleontólogos aficionados han descubierto en el sur de Francia cerca de 400 fósiles excepcionalmente bien conservados que datan de hace 470 millones de años. Este nuevo yacimiento fósil de importancia mundial ha sido analizado por científicos de la Universidad de Lausana, en colaboración con el CNRS y equipos internacionales. Este descubrimiento proporciona información sin precedentes sobre los ecosistemas polares del periodo Ordovícico.
Los aficionados a la paleontología han desenterrado uno de los yacimientos de fósiles más ricos y diversos del mundo del periodo Ordovícico inferior (hace unos 470 millones de años). Situado en Montagne Noire, en el departamento francés de Hérault, este yacimiento de más de 400 fósiles se distingue por una fauna excepcionalmente bien conservada. Además de componentes gelatinosos, contiene elementos blandos extremadamente raros, como aparatos digestivos y cutículas, en un notable estado de conservación. Además, esta biota estuvo en su día situada muy cerca del Polo Sur, revelando la composición de los ecosistemas más meridionales del Ordovícico.
En la Facultad de Geociencias y Medio Ambiente de la Universidad de Lausana (UNIL), los científicos han colaborado con el CNRS y equipos internacionales para realizar los primeros análisis de este yacimiento, conocido como la Biota de Cabrières. Los resultados se publican en Nature Ecology & Evolution.
REFUGIOS CLIMÁTICOS DEL ORDOVÍCICO
Los análisis de la nueva biota revelan la presencia de artrópodos (grupo que incluye milpiés y gambas) y cnidarios (grupo que incluye medusas y corales), así como un gran número de algas y esponjas. La elevada biodiversidad del lugar sugiere que esta zona sirvió de refugio a especies que habían escapado a las altas temperaturas reinantes más al norte en aquella época.
«En esta época de intenso calentamiento global, los animales vivían efectivamente en refugios de alta latitud, escapando de las temperaturas ecuatoriales extremas», señala Farid Saleh, investigador de la Universidad de Lausana y primer autor del estudio. «El pasado lejano nos permite vislumbrar nuestro posible futuro próximo», añade Jonathan Antcliffe, investigador de la Universidad de Lausana y coautor del estudio.
Por su parte, Eric Monceret y Sylvie Monceret-Goujon, los aficionados que descubrieron el yacimiento, aficionados que descubrieron el yacimiento, añaden con entusiasmo: «Llevamos prospectando y buscando fósiles desde los veinte años», dice Eric Monceret. «Cuando dimos con esta asombrosa biota, comprendimos la importancia del descubrimiento y pasamos del asombro a la emoción», añade Sylvie Monceret-Goujon.
Esta primera publicación marca el inicio de un largo programa de investigación que incluye excavaciones a gran escala y análisis en profundidad de los fósiles. Utilizando métodos y técnicas innovadores, el objetivo es desvelar la anatomía interna y externa de los organismos, así como deducir sus relaciones filogenéticas y modos de vida.