Probablemente, antes de la pandemia no se te había pasado jamás por la cabeza que pudieses (o no) viajar a un determinado país, a no ser que se encontrase en guerra o por algún motivo similar. Simplemente, elegías entre el amplio catálogo que el globo terráqueo y tu bolsillo te permitían, e ibas a ello. Sin embargo, las restricciones que cada país decidió adoptar con el COVID-19 pusieron de manifiesto la locura de que no hubiera un procedimiento de viaje común. De pronto, había que prestar demasiada atención a pruebas de antígenos, números de vacunas u otras cuestiones.
La guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto otra variable encima de la mesa: en febrero, España (como otros países) cerró el espacio aéreo a las aerolíneas rusas como parte del paquete de sanciones impuestas al país de Putin. Esto ha provocado cambios en nuestro mundo globalizado: se calculó que los trayectos en avión entre la Unión Europea y Asia se alargarían entre 1,5 y cuatro horas debido a estas sanciones. Como es lógico, nos lleva a plantearnos otras cuestiones: ¿hay lugares donde se prohíban los vuelos?
Se calculó que los trayectos en avión entre la Unión Europea y Asia se alargarían entre 1,5 y cuatro horas debido a las sanciones en Rusia
En realidad, sí. Son las llamadas zonas de exclusión: zonas en las que están restringidos los vuelos de aeronaves por decisión o bien del propio estado al que pertenece el espacio aéreo o, en algunas ocasiones más extraordinarias, por un tercero. Generalmente, se hacen por razones de seguridad pública o cuestiones ecológicas. Por ejemplo, centrándonos en este último punto: desde el Taj Mahal al Machu Picchu, pasando por determinados parques nacionales de nuestro país, son zonas prohibidas que no se pueden sobrevolar.
Zonas de exclusión aéreas
Históricamente, hay varias zonas de exclusión de vuelos por razones sociales. Por ejemplo, tras la guerra del Golfo, Estados Unidos y Reino Unido (con apoyo de Francia) decretaron la imposición de una zona de exclusión aérea, tanto en el norte como en el sur de Irak. Durante la guerra de Bosnia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una serie de resoluciones encaminadas a la instauración de un área sobre el espacio aéreo de Bosnia y Herzegovina, en el que no se permitiese el vuelo de aeronaves.
Tras la guerra del Golfo, Estados Unidos y Reino Unido (con apoyo de Francia) decretaron la imposición de una zona de exclusión aérea, tanto en el norte como en el sur de Irak
También durante la guerra de Libia en 2011 se produjo una situación parecida, y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 1973, con la que se decretaba una prohibición generalizada de los vuelos "a fin de ayudar a proteger a los civiles", (aunque esta orden no sería aplicable a los vuelos que tuviesen como único propósito la prestación de ayuda humanitaria).
Pero, más allá de eso, a la hora de volar en condiciones normales también hay que hacer distinciones, pues no todos los países del mundo tienen un pasaporte igual de fuerte. El Henley Passport Index suele hacer un índice todos los años, que ayuda a enteder qué ciudadanos lo tienen más fácil a la hora de viajar a otros destinos. Japón suele estar el primero en la lista (sus ciudadanos pueden viajar sin visado o pidiéndolo a su llegada al destino a un total de 193 países), seguido de cerca por Singapur (192), Alemania y Corea del Sur (191 países), y, por último, España, Italia, Finlandia y Luxemburgo (190 países). En el lado contrario están países como Somalia, Corea del Norte, Nepal, los Territorios Palestinos, Siria, Yemen, Irak o Afganistán.