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VAPEAR AFECTA GRAVEMENTE A LA SALUD, MUCHO MÁS SI SE COMBINA CON FUMAR
Curiosidades
Publicado en 31/10/2022

Nuevos estudios muestran los efectos nocivos de vapear y fumar en los vasos sanguíneos, y cómo la combinación de cigarrillos electrónicos con cigarrillos normales puede aumentar los riesgos para la salud

El uso prolongado de cigarrillos electrónicos puede perjudicar significativamente la función de los vasos sanguíneos del cuerpo, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, el uso de cigarrillos electrónicos y de cigarrillos normales puede suponer un riesgo aún mayor que el uso de cualquiera de estos productos por separado. Estos son los resultados de dos nuevos estudios respaldados por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE UU (NHLBI).

Los resultados, que aparecen hoy en la revista Arteriosclerosis, Thrombosis, and Vascular Biology, se suman a las crecientes pruebas de que el uso a largo plazo de los cigarrillos electrónicos puede perjudicar la salud de las personas. Los investigadores saben desde hace años que fumar tabaco puede dañar los vasos sanguíneos. Sin embargo, los efectos de los cigarrillos electrónicos en la salud cardiovascular son poco conocidos. Los dos nuevos estudios, uno en humanos y otro en ratas, han podido confirmar los efectos perjudiciales.

Los consumidores habituales de cigarrillos electrónicos pueden experimentar un riesgo de enfermedad cardiovascular similar al de los fumadores crónicos

En el estudio con humanos se descubrió que los consumidores crónicos de cigarrillos electrónicos presentaban un deterioro de la función de los vasos sanguíneos, lo que podría suponer un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas. Es decir, los consumidores habituales de cigarrillos electrónicos pueden experimentar un riesgo de enfermedad cardiovascular similar al de los fumadores crónicos.

En este primer estudio se recogieron muestras de sangre de un grupo de 120 voluntarios que incluían a los que usaban cigarrillos electrónicos a largo plazo, a los que fumaban cigarrillos a largo plazo y a los que no los usaban. Los investigadores definieron el uso prolongado de cigarrillos electrónicos como más de cinco veces a la semana durante más de tres meses y definieron el uso prolongado de cigarrillos como fumar más de cinco cigarrillos al día.

A continuación, expusieron cada una de las muestras de sangre a células de vasos sanguíneos humanos cultivados (células endoteliales) en el laboratorio y midieron la liberación de óxido nítrico, un marcador químico utilizado para evaluar el correcto funcionamiento de estas células. También comprobaron la permeabilidad celular, es decir, la capacidad de las moléculas para atravesar una capa de células y llegar al otro lado. Un exceso de permeabilidad hace que los vasos sean permeables, lo que perjudica su funcionamiento y aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Los cigarrillos electrónicos tienen efectos cardiovasculares nocivos de forma diferente a los causados por el humo del tabaco

Los investigadores descubrieron que la sangre de los participantes que usaban cigarrillos electrónicos y de los que fumaban provocaba una disminución significativamente mayor de la producción de óxido nítrico por parte de las células de los vasos sanguíneos que la sangre de los no usuarios. En particular, los investigadores descubrieron que la sangre de los que usaban cigarrillos electrónicos también causaba más permeabilidad en las células de los vasos sanguíneos que la sangre de los que fumaban cigarrillos y de los no usuarios. La sangre de los que usaban cigarrillos electrónicos también provocaba una mayor liberación de peróxido de hidrógeno, una molécula oxidativa, por parte de las células de los vasos sanguíneos que la sangre de los no usuarios. Cada uno de estos tres factores puede contribuir al deterioro de la función de los vasos sanguíneos en las personas que usan cigarrillos electrónicos, dijeron los investigadores.

Los investigadores descubrieron que los cigarrillos electrónicos tenían efectos cardiovasculares nocivos de forma diferente a los causados por el humo del tabaco. En concreto, descubrieron que los biomarcadores circulantes de riesgos cardiovasculares eran diferentes en ambos casos. Esto quiere decir que los efectos se suman, y las personas que consumen ambos productos, que son muchas, tienen un riesgo aún mayor.

El daño está causado por la irritación de las vías respiratorias que desencadena señales biológicas en el nervio vago

En el segundo estudio, los investigadores trataron de averiguar si había componentes específicos del humo de los cigarrillos o del vapor de los cigarrillos electrónicos que fueran responsables del daño a los vasos sanguíneos. En los estudios realizados con ratas, expusieron a los animales a diversas sustancias presentes en el humo del tabaco o en los cigarrillos electrónicos. Entre ellas se encontraban la nicotina, el mentol (un aditivo de los cigarrillos), los gases acroleína y acetaldehído (dos sustancias químicas que se encuentran tanto en el humo del tabaco como en los vapores de los cigarrillos electrónicos) y nanopartículas de carbono inertes para representar la naturaleza de las partículas del humo y del vapor de los cigarrillos electrónicos.

Mediante mediciones especiales del flujo arterial, los investigadores demostraron que el daño a los vasos sanguíneos no parece estar causado por un componente específico del humo del cigarrillo o del vapor del cigarrillo electrónico. En su lugar, dijeron, parece ser causado por la irritación de las vías respiratorias que desencadena señales biológicas en el nervio vago, lo que de alguna manera conduce a daños en los vasos sanguíneos, posiblemente a través de un proceso inflamatorio.

El nervio vago es el más largo del cuerpo y se extiende desde el cerebro pasando por las vías respiratorias, y tiene un papel clave en el ritmo cardíaco, la respiración y otras funciones. Los investigadores demostraron que la desconexión del nervio en ratas prevenía los daños en los vasos sanguíneos causados por el humo del tabaco, demostrando su papel clave en este proceso.

Los investigadores encontraron que no había un solo componente que se pudiera eliminar para detener el efecto dañino del humo o los vapores en los vasos sanguíneos. Mientras hubiera un irritante en las vías respiratorias, la función de los vasos sanguíneos se veía afectada.

El hallazgo tiene implicaciones para los esfuerzos por regular los productos del tabaco y los cigarrillos electrónicos, ya que subraya lo difícil que es señalar cualquier ingrediente en ellos que sea responsable del daño a los vasos sanguíneos.

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