Llevar en brazos a un bebé lloroso y sentarse junto a él puede ayudarle a conciliar el sueño, según demuestran las pruebas realizadas
Es una frustración que muchos padres conocen muy bien: por fin han conseguido que el bebé que no para de llorar se duerma, lo acuestan en la cuna… y vuelve a llorar. Un nuevo estudio científico puede resolver las dudas sobre lo que hacer en estos casos.
Llevar en brazos a un bebé que llora durante unos cinco minutos y luego sentarlo durante al menos otros cinco a ocho minutos puede calmarlo y adormecerlo el tiempo suficiente para que los padres puedan acostarlo sin despertarlo, según un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Cell Current Biology.
Algunos de esos mismos investigadores ya habían demostrado que llevar en brazos a un bebé que llora tranquiliza al niño y calma su acelerado ritmo cardiaco. Para el nuevo estudio, el equipo analizó qué se necesita para que el bebé que llora se duerma y permanezca dormido.
Los investigadores colocaron monitores de frecuencia cardiaca a 21 bebés llorones de edades comprendidas entre los recién nacidos y los 7 meses. El equipo también grabó vídeos de los bebés, observando su estado de ánimo mientras sus madres los llevaban en brazos por la habitación y los acostaban en la cuna. Esto permitió al equipo observar cómo respondían los bebés a los distintos entornos, si lloraban, estaban inquietos, alerta o somnolientos, latido a latido.
El ritmo cardíaco de los bebés disminuía y dejaban de llorar cuando sus madres los cogían en brazos y los llevaban en brazos durante cinco minutos. Algunos incluso se durmieron. Pero los investigadores también observaron que los bebés tendían a responder al movimiento de sus padres, tanto si estaban profundamente dormidos como si no. Por ejemplo, el ritmo cardiaco del bebé se aceleraba si uno de los padres se giraba rápidamente al caminar o intentaba acostarlo.
El equipo observó que sentarse parece suavizar la transición de caminar a la cama. Los bebés acunados en el regazo de la madre durante al menos cinco minutos tendían a establecer una frecuencia cardiaca más lenta y permanecían dormidos una vez acostados en la cuna. En cambio, las frecuencias cardiacas de seis bebés cuyas madres estuvieron sentadas con ellos menos de cinco minutos se aceleraron una vez acostados y se despertaron poco después.
Hay muchos estudios sobre la relación entre bebés y madres, pero hasta ahora no había trabajos que demostraran que los bebés respondían a los comportamientos de las madres mientras dormían. Los investigadores advierten que este método no es una varita mágica para todos los bebés. No descarta las noches de insomnio, pero aun así es algo que los padres pueden probar.