Las células envejecidas o senescentes, que dejan de dividirse pero no mueren, pueden acumularse en el organismo con el paso de los años y alimentar una inflamación crónica que contribuye a afecciones como el cáncer y los trastornos degenerativos
En ratones, eliminar las células senescentes de los tejidos envejecidos puede restablecer el equilibrio tisular y aumentar la esperanza de vida. Ahora, un equipo dirigido por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH), miembro fundador del Mass General Brigham (MGB), ha descubierto que la respuesta inmunitaria a un virus omnipresente en los tejidos humanos puede detectar y eliminar las células senescentes de la piel.
Para el estudio, que se publica en Cell, los científicos analizaron muestras de piel humana joven y vieja para conocer mejor la eliminación de células senescentes en los tejidos humanos.
Los investigadores encontraron más células senescentes en la piel vieja en comparación con las muestras de piel joven. Sin embargo, en las muestras de personas mayores, el número de células senescentes no aumentaba a medida que envejecían, lo que sugiere que existe algún tipo de mecanismo para mantenerlas a raya.
Los experimentos sugirieron que una vez que una persona envejece, ciertas células inmunitarias denominadas células T CD4+ asesinas son las responsables de impedir que aumenten las células senescentes. De hecho, un mayor número de linfocitos T CD4+ asesinos en las muestras de tejido se asoció a una reducción del número de células senescentes en la piel envejecida.
Cuando evaluaron cómo las células T CD4+ asesinas mantenían a raya a las células senescentes, los investigadores descubrieron que las células de la piel envejecida expresan una proteína, o antígeno, producida por el citomegalovirus humano, un herpesvirus omnipresente que establece una infección latente de por vida en la mayoría de los seres humanos sin presentar síntomas. Al expresar esta proteína, las células senescentes se convierten en dianas para el ataque de las células T CD4+ asesinas.
«Nuestro estudio ha revelado que las respuestas inmunitarias al citomegalovirus humano contribuyen a mantener el equilibrio de los órganos que envejecen», afirma el Dr. Shawn Demehri, autor principal del estudio, director de la Clínica de Cáncer de Piel de Alto Riesgo del MGH y profesor asociado de Dermatología de la Facultad de Medicina de Harvard. «La mayoría de nosotros estamos infectados por el citomegalovirus humano, y nuestro sistema inmunitario ha evolucionado para eliminar las células, incluidas las senescentes, que regulan al alza la expresión de antígenos del citomegalovirus.»
Estos hallazgos, que ponen de relieve una función beneficiosa de los virus que viven en nuestro organismo, podrían tener diversas aplicaciones clínicas. «Nuestra investigación permite un nuevo enfoque terapéutico para eliminar las células envejecidas potenciando la respuesta inmunitaria antivírica», afirma Demehri. «Nos interesa utilizar la respuesta inmunitaria al citomegalovirus como terapia para eliminar las células senescentes en enfermedades como el cáncer, la fibrosis y las enfermedades degenerativas».
Demehri señala que el trabajo también puede conducir a avances en dermatología cosmética, por ejemplo en el desarrollo de nuevos tratamientos para hacer que la piel parezca más joven.