Determinadas palabras, como ‘sexo’ o ‘pelea’ tienen más probabilidades de sobrevivir en un idioma, mientras que otras se pierden con el tiempo, en un proceso de selección natural
Una nueva investigación de la Universidad de Warwick revela que palabras como ‘sexo’ perduran en el lenguaje según la ‘supervivencia del más apto’, comparable a la selección natural. Recientemente se han declarado como palabras del año en inglés ‘rizz’ (abreviatura de ‘carisma’) o ‘situationship’ (una relación romántica sin definición concreta), pero todavía no se sabe si estas palabras seguirán en uso en unos años. La investigación del profesor Thomas Hills profundiza en por qué algunas palabras sobreviven en nuestro panorama lingüístico moderno, mientras que otras no.
El estudio concluye que las palabras con mayor poder de permanencia son aquellas adquiridas tempranamente en la vida, palabras asociadas con cosas que las personas pueden ver o imaginar, denominadas palabras ‘concretas’ (por ejemplo, ‘gato’ es más concreto que ‘animal’, que es más concreto que ‘organismo’), y palabras que son más estimulantes, incluyendo palabras como ‘sexo’ y ‘pelea’.
Los académicos sugieren que estos hallazgos arrojan luz sobre cómo el cerebro humano procesa y filtra información, un proceso conocido como ‘selección cognitiva’. Esto se vuelve crucial en el mundo actual, donde diversas formas de información compiten continuamente por nuestra atención.
Thomas Hills, profesor de Psicología en la Universidad de Warwick y autor del estudio, comenta: “La información es un organismo complejo, en constante evolución a medida que sufre la selección cognitiva dentro de nuestras mentes. Los idiomas cambian debido a influencias sociales, culturales y cognitivas. Los entornos informativos evolucionan debido a la guerra, enfermedades, cambios poblacionales e innovaciones tecnológicas. Sin embargo, la mente se mantiene relativamente estable, capaz de ejercer impactos duraderos en la evolución del lenguaje. Esta selección cognitiva influye en lo que, en un mercado de información, perdurará. Nuestro estudio encuentra que propiedades como la adquisición temprana, la concreción y la estimulación otorgan a la información lingüística una ventaja selectiva.”
El primer estudio involucró un experimento de recontar historias donde más de 12,000 personas fueron solicitadas a relatar una colección de miles de historias cortas, cada una con un promedio de 200 palabras de longitud. Para la segunda parte del estudio, psicólogos analizaron millones de palabras de lenguaje de libros de ficción y no ficción, periódicos y revistas, a lo largo de cientos de años, desde 1800 hasta el 2000.